Ozzy Osbourne, leyenda del heavy metal y figura clave en la cultura pop, falleció el pasado 22 de julio a causa de un paro cardíaco, de acuerdo con el certificado de defunción obtenido por The New York Times. El documento también menciona que sufría de enfermedad coronaria y Parkinson, condiciones que contribuyeron a su muerte.
El certificado, presentado en un registro de Londres por su hija Aimée Osbourne, detalla que el músico murió por “(a) Paro cardíaco fuera del hospital (b) Infarto agudo de miocardio (c) Enfermedad de la arteria coronaria y enfermedad de Parkinson con disfunción autonómica (causas articulares)”. En el mismo documento se registra su profesión como “compositor, intérprete y leyenda del rock”.
Ese día, una ambulancia aérea fue enviada a la residencia de Osbourne cerca de Chalfont St. Giles, en Buckinghamshire, Inglaterra. Un vocero del servicio de ambulancias aéreas de Thames Valley confirmó que su equipo fue llamado “para brindar cuidados críticos avanzados”, aunque no ofrecieron más detalles del incidente.
Ozzy Osbourne fue conocido no solo por su papel como vocalista de Black Sabbath, sino también por su carrera como solista y su incursión en el mundo del entretenimiento con su reality show The Osbournes, que lo convirtió en una figura aún más popular a inicios de los 2000.
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